sábado, 12 de marzo de 2011

¿Dominio?


Un filósofo dijo: “la vida es la adaptación a las circunstancias exteriores”, y explicó que toda cosa viviente muestra una tenacidad sorprendente en mantenerse viva, creciendo, y adaptándose a las condiciones en que tiene que vivir.
Esto es verdad en cuanto al reino vegetal y al reino animal. Asombra ver como las mariposas, los insectos, los animales poseen coloridos que los confunden con la vegetación del paraje en donde viven. Suponemos que para defenderse del hombre; la vida inteligente por si misma, que emplea todos los medios para conservar a las diferentes crías hasta que puedan defenderse ellas mismas.
Pero esto no es correcto con respecto al ser humano, puesto que el hombre ya ha trascendido todas las etapas inconscientes, y ha desarrollado sus poderes latentes.
La Biblia enseña que el hombre no tiene ninguna necesidad de amoldarse a las condiciones en que nace, ni de resignarse a ninguna cosa. Todo lo contrario, la resignación, esa actitud que hasta ahora ha sido llamada una virtud, es en realidad una ofensa contra la inteligencia; es pereza mental y física; y va contra todos lo impulsos instintivos del individuo. Claro está que todo esto es debido a la ignorancia de la raza; y al enterarse el hombre que el impulso de su alma es la voz de Dios en él, ya deja de doblegarse y busca la manera de dominar.
El doblegarse, o resignarse implica cobardía o por lo menos la aceptación de que lo exterior posee poderes superiores. Esto lo denomina el primer mandamiento “idolatría”. No tendrás falsos dioses ante mi.
La Biblia dice que el hombre tiene dominio sobre todas las cosas, y esto hay que tomarlo en serio. No significa que nos debemos de poner en rebeldía abierta, o sea, físicamente; por ejemplo, contra una ordenanza oficial que no nos guste, o alguna costumbre social establecida, o contra algún deber moral o familiar porque sí, porque nos de la gana de no seguir cumpliendo. Significa que tenemos poderes mentales para transformar lo exterior, y desarrollando nuestra naturaleza espiritual, no podremos jamás actuar en forma arbitraria hacia los demás. Nuestras acciones serían, entonces, siempre en bien de todos, y de nosotros mismos por consiguiente.
Por se humanos y ya no animales o vegetales, poseemos intuición, raciocinio y sentido común, o sea, la sabiduría divina; y usando estas facultades, sabremos que es lo que nos incomoda con respecto a la condición del momento. El segundo paso es “conocer la verdad”, o sea, meditar sobre la realidad espiritual que está oculta detrás de la apariencia material, y ya con eso basta para ver transformarse la apariencia, no importa cual sea, ya que si ésta no depende de nosotros, y parece justa y absurda, o inconveniente, la ley espiritual con sus canales infinitos nos sorprende con una solución que jamás se nos hubiera ocurrido.
La forma de desarrollar la naturaleza espiritual es practicando la oración científica. Logrando, aunque no sea sino una demostración, primero para convencernos de esta verdad, luego para enseñarnos la técnica. Cada vez que obtengas una demostración, sea para ti mismo o para otro, ganas aumento de comprensión espiritual, y aprendes más metafísica que en muchas horas de lectura o de escuchar conferencias.
No pierdas tiempo tratando de contestar preguntas teóricas o doctrinales. Cualquier conclusión sobre éstas no será sino otro concepto intelectual más, y ya sabes que el intelecto lo materializa todo.
Cura a alguien, o arregla una situación; has un tratamiento afirmativo de comprensión divina y a los pocos días te encontrarás comprendiendo perfectamente el asunto teórico o doctrinal que te confundía, en lugar de haber sacado un formalismo intelectual más.
No esperes comprender todo lo de Dios con sólo unas cuantas semanas de estudio. Es inútil que un estudiante de álgebra, por ejemplo, comprenda el teorema del binomio, si no puede comprender una simple ecuación.
Aprende lo siguiente: SIEMPRE TENEMOS SUFICIENTE COMPRENSIÓN Y SUFICIENTE PODER PARA DOMINAR LO QUE SEA QUE ENTRE EN NUESTRAS VIDAS. La vida cuida a sus crías. Ella no manda nada que esté por encima de nuestras fuerzas, o más allá de nuestros poderes. Siempre, siempre hay que usar la verdad que conocemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar!!
Esperamos que nos recomiende!!
Un abrazo de luz!!!!!!