miércoles, 28 de marzo de 2012

Lección (77) - Sexualidad y espiritualidad - Bloqueos en la sexualidad femenina


JESHUA (28/3/2012)

Lección (77) - Sexualidad y espiritualidad - Bloqueos en la sexualidad femenina


Ahora hablaré de los bloqueos energéticos en el área de la sexualidad, los cuales se aplican específicamente a mujeres u hombres. En las mujeres, el área del primer y segundo chakra (sacro y ombligo) es la más apaleada y herida como resultado de opresión sexual y violencia a lo largo de los siglos. Realmente por unos cuantos milenios, las mujeres han sido enmarcadas en un rol subordinado en casi todas las áreas de la sociedad, y esto aún prosigue en muchos lugares de la tierra. Con respecto a la sexualidad, esta inequidad se manifestó como violación, agresión y humillación a una gran escala. Como resultado de esto, muchas mujeres, en verdad el alma femenina colectiva, ha sufrido increíblemente. Hay profundas heridas emocionales, las cuales necesitan tiempo, amor y sumo cuidado para sanarse.

A menudo, el impulso para la unión sexual es sentido por las mujeres como una añoranza del corazón, o como un sentimiento espiritual. Pero cuando ellas logran la intimidad física, ellas pueden encontrarse con que no pueden expresar su energía sexual libremente, debido a bloqueos energéticos en el primer y segundo chakra. Hay recuerdos (en el alma) en esos centros energéticos de ser obligadas a tener experiencias sexuales que las humillaron. Estas experiencias fueron tan dolorosas, que la mujer retiró su energía, su consciencia del área del vientre. Cuando ahora esta parte del cuerpo es abordada otra vez de un modo sexual, los músculos instintivamente se contraen o el cuerpo emocional automáticamente indica resistencia. Las células físicas son conscientes del trauma y no siguen tan fácilmente con la invitación a danzar. Ellas quieren aislarse y crear una barrera para protegerlas a ustedes de más agresión. Esta reacción es totalmente comprensible y siempre debería ser tratada del modo más respetuoso. Usar cualquier clase de fuerza para eliminar la resistencia, es una manera de violar nuevamente los centros heridos.

Cuando ustedes, como mujer, tienen estas emociones, es muy importante llegar a estar completamente conscientes de ellas: puede haber ira ahí, resistencia, o miedo relacionado con la intimidad física. Y frecuentemente todas estas emociones son más antiguas que la relación que están teniendo, aún más antiguas que esta vida. Puede haber traumas muy antiguos en aquellos chakras inferiores que han dejado profundas cicatrices emocionales.

Quisiera recomendar, específicamente a las mujeres que reconocen este dolor, que conozcan de las vidas en las que ellas fueron la ofensora/agresora (lo opuesto a la víctima). O, si es difícil para ustedes acceder a vidas anteriores, entrar en contacto dentro de ustedes con la "energía de la agresora o mujer poderosa". Esto puede sonar muy extraño, pero ésta es la razón. Cuando ustedes han sido víctima de la violencia sexual, esto ha generado mucha ira en su campo de energía. Puede haber cólera ahí de varias vidas pasadas. Esta ira las bloquea y las mantiene aprisionadas en un sentimiento de impotencia y de victimización. Para liberar la ira ustedes necesitan comprensión. Ustedes necesitan comprender por qué y para qué; ustedes necesitan ver la imagen más grande. Cuando ustedes pueden imaginarse a ustedes mismas como una mujer poderosa que pudo ser despiadada y cruel con los hombres, y sienten por dentro que esto también es parte de ustedes, entonces la ira se puede desintegrar. Puede emerger un entendimiento más completo, un conocimiento interior de que ustedes forman parte de una historia kármica mayor, en la cual ustedes jugaron tanto el rol de agresor como el de víctima. Es prácticamente imposible liberar sus emociones de dolor, impotencia y victimización, sin mirar también el otro lado de ustedes, el "lado oscuro".
Ustedes no necesitan necesariamente volver atrás hacia vidas pasadas para reconocer esta parte oscura dentro de ustedes. Ustedes también pueden volverse más conscientes de ésta observándose a ustedes mismas en el día a día de sus vidas. Cuando ustedes sienten esta energía (por ej. el deseo de ejercer poder o herir a otros), pueden notar que ustedes no han sido solamente la víctima indefensa de las circunstancias externas. Hay ligazones kármicos entre el agresor y la víctima: ambos roles reflejan aspectos de ustedes mismas.

Tan pronto como ustedes sepan y acepten su lado oscuro, podrán entonces observar sus propias heridas internas de un modo diferente y comenzar a perdonar. Cuando hay comprensión la cólera se puede disgregar, y ustedes pueden entrar en contacto con la capa de emociones que hay debajo; la tristeza, la angustia, el dolor que está ahí en muchas capas, también en el cuerpo mismo.

Es muy importante para las mujeres reconocer el aspecto agresor en ellas mismas y trabajar con él. Cuando hay aversión y rencor en ustedes con respecto a la sexualidad, comprendan que cuanto más aversión y rencor ustedes sientan, más se identifican con el rol de víctima, y más se despojan a ustedes mismas de su libertad. Traten de sentir dentro de ustedes que en la arena de la sexualidad se está representando un juego kármico, en el cual ustedes han llevado a cabo ambos roles, siendo tanto el chico bueno como el malo. Desde ahí ustedes pueden acceder a un lugar de perdón: perdonándose a ustedes mismas así como también a alguien más. Las cosas suceden por alguna razón. Los actos de violencia y represión pueden parecer sin sentido, pero siempre hay una historia detrás de eso. Y cada vez que está implicada la violencia sexual, ésta deja profundas huellas en todos los cuatro niveles del ser humano.

En esta sección, presentamos material canalizado por Jeshua, un guía espiritual quien nos dice que fue el hombre que llevó la energía de Cristo en su encarnación 2000 años atrás como Jeshua Ben Joseph o Jesús. Jeshua se presentó a nosotros por primera vez a mediados de 2002. Yo (Pamela Kribbe) sentí una fuerte presencia cerca mío quien quiso hablar claro de temas tales como el miedo, la verdad, la iluminación y la historia de los trabajadores de la luz (lightworkers). Esta presencia se hizo llamar Jeshua - Ben - Joseph, el cual es el nombre hebreo de Jesucristo. Jeshua insistió desde el comienzo que prefería ser llamado por su nombre, ya que este resalta más su lado humano. "Yo fui un hombre de carne y hueso, Yo soy su hermano y amigo", decía él repetidamente. él rechazó definitivamente la imagen divinizada e irrealista que a menudo se asocia con el nombre de "Jesús". "La imagen de Jesús me ha robado mi humanidad, mi lado emocional y mi parentesco con ustedes".


Fuente: http://www.jeshua.net

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