JESHUA (26/1/2012)
Lección (18) - Trabajadores de la luz II - El desarrollo de vida y conciencia en la tierra
Cuando nacen unidades individuales de conciencia, ellas son similares de algún modo a simples células físicas, tanto en estructura como en posibilidad. Justamente como las células tienen una estructura relativamente simple, los movimientos internos de una conciencia recién nacida son transparentes. No se ha establecido mucha diferenciación aún. Hay un mundo de posibilidades a sus pies (tanto física como espiritualmente). El desarrollo de una forma recién nacida de conciencia hacia un tipo de conciencia que es introspectiva y capaz de observar y reaccionar a su medioambiente, puede ser burdamente comparado al desarrollo de un organismo unicelular hacia un organismo vivo complejo que interactúa con su medioambiente de múltiples maneras.
Estamos aquí comparando el desarrollo de almas conscientes con el desarrollo biológico de la vida, y no lo hacemos sólo por usar una metáfora. En realidad, el desarrollo biológico de la vida como tiene lugar en la tierra debe ser visto sobre la base de una necesidad espiritual de exploración y experiencia por parte de las almas terrestres. Esta necesidad o deseo de exploración es lo que llamó a existir a la rica variedad de formas de vida en la tierra. Como hemos dicho, la creación es siempre el resultado de un movimiento interno de conciencia. Aunque la teoría de la evolución, como actualmente es aceptada por su ciencia, en cierto sentido describe correctamente el desarrollo de formas de vida en su planeta, no contempla en absoluto el impulso interno, el motor "oculto" detrás de este profundo proceso creativo. La proliferación de formas de vida en la tierra se debió a movimientos internos a nivel del alma. Como siempre, el espíritu precede y crea la materia.
Al comienzo, las almas terrestres encarnaron en las formas físicas que mejor se adaptaban a su aún rudimentario sentido de sí mismo: organismos unicelulares. Luego de un período de adquisición de experiencia e integrando esto con su conciencia, asomó una necesidad de medios más complejos de expresión física. Así es como fueron impulsadas a existir formas de vida más complejas. La conciencia crea la forma física en respuesta a necesidades interiores y deseos de las almas terrestres, cuya conciencia colectiva habitó primeramente la tierra.
La formación de nuevas especies, y la encarnación de almas terrestres en miembros individuales de aquellas especies, representan un gran experimento de vida y conciencia. Aunque la evolución es dirigida por la conciencia (no dirigida por accidente e incidente) ésta no sigue una línea predeterminada de desarrollo. Esto es porque la conciencia misma es libre e impredecible.
Las almas terrestres experimentaron con toda clase de formas animales de vida. Ellas habitaron varios tipos de cuerpos físicos en el reino animal, pero no todas ellas experimentaron la misma línea de desarrollo. El camino de desarrollo del alma es mucho más fantástico y aventurero de lo que ustedes suponen. No hay leyes sobre o fuera de ustedes. Ustedes son la ley para ustedes. Así, por ejemplo, si ustedes deciden experimentar las formas de vida partiendo desde un mono, ustedes pueden en algún momento encontrarse viviendo en un cuerpo de mono, desde el nacimiento en adelante o como un visitante temporal. El alma, especialmente el alma joven, implora por experiencia y por expresión. Esto incita a explorar la diversidad de las formas de vida que emergen en la tierra.
Dentro de este gran experimento de vida, la aparición de la forma de vida humana marcó el comienzo de una importante etapa dentro del desarrollo de la conciencia de alma en la tierra. Antes de explicar esto con gran detalle, discutiremos en primer lugar los estadios del desarrollo interior del alma.
En esta sección, presentamos material canalizado por Jeshua, un guía espiritual quien nos dice que fue el hombre que llevó la energía de Cristo en su encarnación 2000 años atrás como Jeshua Ben Joseph o Jesús. Jeshua se presentó a nosotros por primera vez a mediados de 2002. Yo (Pamela Kribbe) sentí una fuerte presencia cerca mío quien quiso hablar claro de temas tales como el miedo, la verdad, la iluminación y la historia de los trabajadores de la luz (lightworkers). Esta presencia se hizo llamar Jeshua - Ben - Joseph, el cual es el nombre hebreo de Jesucristo. Jeshua insistió desde el comienzo que prefería ser llamado por su nombre, ya que este resalta más su lado humano. "Yo fui un hombre de carne y hueso, Yo soy su hermano y amigo", decía él repetidamente. él rechazó definitivamente la imagen divinizada e irrealista que a menudo se asocia con el nombre de "Jesús". "La imagen de Jesús me ha robado mi humanidad, mi lado emocional y mi parentesco con ustedes".
Fuente: http://www.jeshua.net
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